Un viaje al corazón de la Educación Cooperativa.

Fue uno de esos viajes fantásticos, llenos de sorpresas y de camaradería,  siempre con ese deseo de conocer lugares, intercambiar experiencias y hacer amistad con  gente como uno. Esas fueron algunas de las razones   que  nos motivaron a realizar el viaje, así como el entusiasmo férreo de la inolvidable maestra  Clarita, quien fue luchadora docente durante toda su vida.  Así sin mas pretensión que recorrer esa parte bella de  latinoamérica como lo es Nicaragua y  de poder tener las bases para   comparar su sistema educativo y  su  diferente contexto, emprendimos ese viaje que nos llevaría a comprender   que el valor de la docencia es universal,  por lo que llegamos a Managua una noche de noviembre.  La Red de Gestión Comparada con enfoque Internacional lidereada por Oswaldo Antonio  en México   nos embarcaba en una aventura mas. Idealizada por su  mente preclara, con el  mismo sentimiento de Martí y de Bolívar, nos llevaba a ese viaje con la finalidad de estrechar manos amigas en otro país, lo cual  era   motivo suficiente para viajar y recorrer la patria grande. Como  una  muestra de solidaridad y de cooperación entre pares, de fraternidad incondicional entre docentes este intercambio nos serviría  para comprobar que las fronteras son líneas divisorias imaginarias que utiliza la geopolítica para separar   lo que nunca debió separarse, que la cultura, el idioma, la geografía, la música y la gente  nos hace saber que los latinoamericanos  somos  uno mismo en todas partes.  Sin embargo conocer al autor de una teoría pedagógica  revolucionaria e innovadora  era la atracción principal del viaje, teníamos que conocer en voz del autor los fundamentos filosóficos  de esa  teoría de la educación llamada de cooperación genuina. La expectativa de estar junto a tan  notable educador e investigador reconocido internacionalmente  en una ciudad centroamericana nos despertaba la imaginación de encontrarnos con alguien que quizás no tuviera tiempo de atender nuestra visita y que tal vez  nos recibiría en su despacho lujoso en alguna universidad privada. Cuando el maestro Hermam, con la mayor sencillez del mundo  descendió de su camioneta pick up Toyota de modelo atrasado apoyado con un elegante bastón  entendimos que la entrevista sería diferente y que su singularidad lo hacía una persona fuera de lo común. Inmediatamente se ofreció para llevarnos hasta Estelí, ciudad combatiente  del norte de Nicaragua y lugar donde tendríamos nuestro encuentro. Nos acomodamos como pudimos, incluso en la batea de su  vetusta camioneta, en la cual  nos acomodamos con entusiasmo   varios compañeros. Fue su primera cátedra  de cooperación y solidaridad, la cual  duró una hora  hasta llegar  a Estelí. A fin de cuentas un excelente café al llegar a esta bella ciudad cafetalera suplió cualquier cansancio.  Las múltiples  banderas rojas y negras del Frente Sandinista de Liberación Nacional adornando la ciudad  nos dieron la bienvenida y nos hicieron sentir que estábamos en un país revolucionario y socialista, un país que luchó con las armas  por su libertad  y que esas banderas representaban su ideología, su dignidad y su patria misma. El café y charla con Herman,  quien es autor de varias decenas de libros sobre pedagogía,  se realizó   en una terraza de su casa acompañado de Roberto  Loaisiga un destacado muralista y escritor, de  Carla Caballero colaboradora cercana y de Maribel Ochoa ambientalista y esposa del maestro. Con las fotos de Fidel  y del Che acompañándonos  en una pared, escuchar los fundamentos filosóficos de su teoría de la educación cooperativa o de cooperación genuina  fue  sin duda una experiencia para entender su  congruencia ideológica. Entendimos  que la teoría pedagógica de  Herman surgió interpretando el corazón de un pueblo revolucionario como el nicaraguense,  que ha luchado por su libertad, por la igualdad, por su dignidad, donde no se necesita competir para aprender, donde la camaradería, la bondad y el amor deben prevalecer  como valores genuinos para poder  educar para la vida. Conocer a Herman val de Velde fue un acto pedagógicamente  revolucionario y un privilegio congruente. Es autor del libro "Construyendo escenarios educativos basados en la cooperación genuina",  que todos los educadores deberíamos conocer,  dónde expone  su propuesta pedagógica  basada en la concepción de una educación popular alternativa y dónde explica que la educación debe ser un proceso de  cooperación genuina, proceso en el  que como educadores debemos  entender que el fin de la educación es la cooperación entre pares  para aprender y nunca  la competencia.  Viajar al corazón de la educación cooperativa ha sido una de las experiencias docentes más significativas  para poder cambiar esa concepción pedagógica  errónea impuesta por el neoliberalismo de que la educación debe ser únicamente por competencias.
Carlos Sandy. 

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