Los Impuestos en la Mesoamérica Prehispánica


 “Los Impuestos en la Mesoamérica Prehispánica”

Introducción.
En este trabajo se dará a conocer los tributos que tenían que pagar los aztecas así como también en la Colonia y con qué recursos tenían que pagarlos además de que asignaban a personas asignadas para cobrar dichos impuestos.
Tributos en el México Prehispánico. 
Los pueblos reducidos al poderío azteca debían entregar a las autoridades del
Imperio pesados tributos en especie. Los tributos se fijaban de acuerdo a los recursos disponibles en cada región; por ejemplo,  los totonacas de Cempoala aportaban con lanzas, escudos de plumas y caracoles marinos y los xochimilcas con productos agrícolas como maíz, porotos y ají.

Los tipos de tributo en la época prehispánica.
El tributo interno era el monto en bienes y servicios que pagaban las familias a los líderes locales o jefes de barrio (calpoleque), y por medio de esos líderes, al rey. El tributo externo poseía el mismo patrón jerárquico a mayor escala, pues fluía desde los pueblos subordinados hasta las ciudades localmente dominantes y, en el caso mexica, desde los pueblos dentro del imperio hasta el rey mexica. En esencia, el tributo externo fue creado por las ciudades del imperio expandiéndose sobre el sistema de tributo interno existente de otras ciudades a las que dominaban, voluntaria o involuntariamente, y sumándose ellas mismas como un nuevo y más alto nivel. Interno o externo, el tributo era la forma prehispánica de tasación de la que el Estado y sus elites dirigentes dependían.
(1)Fuente:  Ross Hassig, “El tributo en la economía prehispánica”, Arqueología Mexicana núm. 124, pp. 32 – 39

Las cargas tributarias impuestas.
Es esta época se creó la Real Hacienda que estaba controlada por los conquistadores y que se dedicaba a cobrarle al pueblo impuestos. Estos eran tierras, oro y especias. Las quinta parte de todo se le mandaba al Rey de España; esta parte era el “Quinto Real”, que era usado para la Corona y los conquistadores.
La iglesia o Clero cobraba el diezmo y la primicia para obras de construcción, beneficencia, educación y arte. La primicia era, por ejemplo, el primer becerro que cada vaca tuviera; el diezmo era el 10% de lo que produjeran los siguientes becerros de la vaca. La Real Hacienda cobraba la “alcabala”, que era el impuesto que se pagaba por comprar o vender algo. También se pagaba el “peaje”, que era un impuesto que se cobraba por pasar de un lugar a otro.
Los aztecas se vieron obligados a cobrar los primeros tributos por causa de la triple alianza. Además de que asignaban o elegían a las personas que tenían que cobrar los tributos y como tenían que pagar los tributos a las autoridades del imperio. Después Cortes llegó a México y empezó a repartir a soldados españoles tierras y oro. Él fue que cambio los tributos de los aztecas por alimentos, joyas y piedras. Y en esta época se crea el Diezmo y la Real Hacienda.

(2)Fuente: El mundo indígena a la llegada de los europeos * BETHELL, LESLIE (editor), Historia de América Latina. Tomo 1, Barcelona.

La importancia de los tributos.
Los tributos eran importantes porque era solamente el segundo sistema que mantenían los mexicas, después de la agricultura, con la que se hacían fuertes.
En la sociedad mexica, los tributos no solo eran pagos que hacían las regiones sometidas para los aztecas, si no que era un sistema "tributario" en el que la sociedad mexica trabajaba, pero toda esa productividad, la mayoría, iba destinada al tlatoani o emperador azteca, y además, la clase noble de la sociedad, podía manejar esos recursos. 
La recaudación de tributos o impuestos, servía para la construcción de edificios, canales, templos, caminos, para el ejército o para el "lujo" del emperador.
El tributo que se le daba a los aztecas, aparte de ser enviado por ciudades-estado sometidas y aparte de ser enviadas por la misma ciudadanía mexica, el tributo también era enviado por ciudades que no querían ser arrasadas por el imperio azteca. Los tributos servían para la educación.
Ahora, muchos de los productos que se manejaban en el tributo, eran productos como productos minerales, la obsidiana, con la cual construían o hacían sus esculturas como vasijas o demás objetos religiosos, etc. sal, la cocoa, pigmentos, oro, plumas de quetzal o de aves hermosas y exóticas, cargas de semillas, textiles, algodón, piedras blancas, caucho, pieles de animales, armamento de oxidiana, jade, turquesas, etc.
Los aztecas sometieron a pueblos del estado de México como Texcoco; otras tribus de regiones como Cuernavaca, Xochimilco, Chalco, Morelos, Xaltocan, Veracruz (Cempoala una de las culturas en Veracruz). mira, te dejo un mapa para que veas la extensión del imperio azteca, de esta manera, te digo que todos los pueblos sometidos, pagaban tributo, pero había otros que quizá no hayan sido sometidos, pero a cambio de no ser invadidos, daban tributo a los mexicas.
 Los tributos prehispánicos fueron una fuente importante de ingresos para las grandes ciudades/estado, el muy frecuentemente término de "imperio" en Mesoamérica es totalmente inexacto y mal aplicado a las formas de organización indígena. El territorio del estado dominante se extendían a regiones de estados tributarios que eran semi independientes; pueblos dominados militarmente pero donde se respetaban sus costumbres, su forma de gobierno regional, les permitían conservar las características propias de lenguaje, religión, organización social, etc. siempre que pagaran puntualmente tributos que se fijaban dependiendo de la capacidad productiva de cada zona.
Los mexicas controlaron una gran cantidad de señoríos (o altepetl) tanto en el Altiplano (Tlaxcala, Chalco) como en la costa del golfo desde Tuxpan en el norte de Veracruz hasta Coatzacoalcos en el área totonaca. Hacia el sur, dominaron señoríos del actual estado de Morelos, Puebla, Guerrero y las mercancías tributarias eran generalmente productos suntuarios, minerales preciosos, sal, pigmentos, plumas de aves exóticas, cargas de semillas, textiles, mantas de algodón y bordados, conchas marinas, sartas de piedras valiosas, cacao, pieles de animales, armamento, escudos, trajes guerreros, etc.
(3)Fuente:

El tributo, el comercio y la expansión mexica.
La Triple Alianza encabezada por Tenochtitlan extendió sus dominios hacia las costas del Pacífico, controlando el Soconusco así como las llanuras costeras del Golfo de México.
En víspera de la declinación del periodo posclásico, la Triple Alianza encabezada por Tenochtitlan extendió sus dominios hacia las costas del Pacífico, controlando el Soconusco así como las llanuras costeras del Golfo de México.
En ese entonces las prósperas ciudades de los totonacas lucían espléndidas calles empedradas, complejos sistemas de canales para el riego y drenajes, huertos, centros ceremoniales amurallados, productos agrícolas como maíz, cacao, vainilla, una amplia variedad de frutas, algodón, maderas y otros productos. Desde entonces, los locales recibían periódicamente la incómoda visita de los recaudadores de tributo enviados por los mexicas. Además, los pueblos tributarios tenían la obligación de proteger y albergar a los mercaderes que cruzaban el área de expediciones promovidas desde el altiplano.   
Por otro lado, los huastecos, vecinos de los totonacas, desafiaban constantemente la estrategia de expansión mexica a pesar de los constantes enfrentamientos, pero los huastecos se mantenían inquebrantables e incluso se negaban a pagar tributo.  
En varios documentos coloniales se menciona a distintos tlatoanis a quienes se les imputa la conquista huasteca, pero ninguno llegó a consumarla.
El tributo interno era el monto en bienes y servicios que pagaban las familias a los líderes locales o jefes de barrio (calpoleque), y por medio de esos líderes, al Tlatoani. 
El tributo externo poseía el mismo patrón jerárquico a mayor escala, pues fluía desde los pueblos subordinados hasta las ciudades localmente dominantes y, en el caso mexica, desde los pueblos dentro del imperio hasta el Tlatoani mexica. 
En esencia, el tributo externo fue creado por las ciudades del imperio expandiéndose sobre el sistema de tributo interno existente de otras ciudades a las que dominaban, voluntaria o involuntariamente, y sumándose ellas mismas como un nuevo y más alto nivel. Interno o externo, el tributo era la forma prehispánica de tasación de la que el Estado y sus elites dirigentes dependían.
(4)Fuente:

El sistema tributario.
Los orígenes de los sistemas de tributo se extienden a milenios atrás, y era prácticamente universal su aplicación en el último periodo prehispánico de Mesoamérica, aunque las prácticas específicas oscilaban ampliamente en cuanto a las mercancías exigidas y el tiempo de entrega. Por ejemplo, Texcoco recibía originalmente tributo de sus pueblos subordinados seis veces al año, mientras que los mexicas impusieron un programa de entregas trimestral. La mejor evidencia sobre el sistema tributario que tenemos hoy proviene de los mexicas.
Aunque incompletos, los registros subsistentes revelan sin embargo un beneficio económico considerable para los mexicas, pues enormes montos de tributo entraban a Tenochtitlan. La riqueza de la ciudad se incrementaba por esa afluencia de mercancías tributadas, aunque éstas no eran distribuidas equitativamente entre la sociedad. Más bien, el tributo iba a parar a la nobleza, con alguna cantidad que se destinaba a los templos.
En la víspera de la declinación del periodo posclásico, la triple alianza, encabezada por Tenochtitlan, extendió sus dominios hasta la costa del Pacífico, controlando el Soconusco, así como las llanuras costeras del Golfo de México.
En ese entonces las prósperas ciudades Totonacas, lucían espléndidas calles empedradas, complejos sistemas de canales de riego y drenaje, huertos, centros ceremoniales amurallados, productos agrícolas como maíz, cacao, vainilla, una amplia variedad de frutas, algodón, maderas y otros productos. Desde entonces los locales, recibían las incómodas visitas de los recaudadores de tributos enviados por los mexica.
Además, los pueblos tributarios tenían la obligación de proteger y albergar a los mercaderes que cruzaban el área de expediciones promovidas desde el Altiplano.
Por otro lado, los huastecos, vecinos de los totonacas, desafiaban constantemente la estrategia de expansión del imperio mexica a pesar de los constantes enfrentamientos, pero los huastecos se mantenían inquebrantables e incluso se negaban a pagar tributo.
En varios documentos coloniales se menciona a distintos Tlatoanis quienes trataron de conquistar la Huasteca, aunque ninguno logró consumar tal logro.
En Oaxaca, los mixtecos lograron imponer sus condiciones de tributo y comercio, no así en algunas comunidades tlapanecas, en lo que hoy es el Estado de Guerrero. Se dice que el señorío de Teloloapan, rico productor de cacao, se negó a aceptar el tránsito de las caravanas comerciales protegidas de los mexica y fue víctima de más cruel guerra desatada en aquel tiempo.
La población fue exterminada, incluyendo perros y guajolotes y posteriormente, el señorío fue repoblado con colonos enviados desde Tenochtitlan. Por otro lado, las jefaturas de Yopitzinco nunca fueron sometidas, incluso estaban emparentadas lingüísticamente con los apaches. Estos guerreros ocasionalmente llegaron a atacar a los pueblos tributarios e incluso las guarniciones mexica.
También en el occidente, la triple alianza encontró una barrera impenetrable: el reino purépecha encabezando otra triple alianza conformada por Ihuatzio, Tzintzuntzán y Pátzcuaro, que se extendía por todo Michoacán y parte de los estados de Guerrero, Colima, Jalisco y Guanajuato.
(5)Fuente:  Ross Hassig, “El tributo en la economía prehispánica” Arqueología Mexicana, núm. 124, pp. 32-37.

Buscando los límites del comercio mexica: Pagando tributo al Imperio.
Hay muchas cosas que se saben sobre los mexicas: que era una sociedad guerrera, altamente urbanizada, que fundaron la ciudad de Tenochtitlán en un islote en medio de un lago, que dicha ciudad se convirtió en la ciudad más importante de un estado imperial conformado por otras dos ciudades: Texcoco y Tlacopan (Tacuba), la Triple Alianza, cuya influencia llegó hasta lo que ahora conforman los países de Honduras y Nicaragua.
Por cierto, al respecto de lo anterior, algunas teorías apuntan a que el nombre Nicaragua proviene de la composición de las palabras en náhuatl que quieren decir “lugar donde termina el reino de Anáhuac”. Es por ello que en esta nueva serie me gustaría contestar a la siguiente cuestión: ¿cuál era la naturaleza del comercio mexica? ¿Hasta dónde llegó? ¿Es verdad que, como algunos se han preguntado, su influencia fue tan grande que traspasó las fronteras de Mesoamérica y llegó a tener contacto con el otro gran imperio precolombino del sur, el inca?
(6) Fuente: scoopnest.com

El comercio prehispánico.
A lo largo de la historia, el comercio ha sido siempre un gran elemento en la extensión territorial de estados y en su interacción con otros. La geopolítica nos permite entender los sucesos políticos a través de variables geográficas, es decir, entendemos cómo se comportan los estados o naciones, cuál es su poder político, en relación con el espacio geográfico en donde estén asentados y los recursos naturales a los que pueden tener acceso.
Varios imperios han surgido, alcanzado su poder y colapsado a raíz de estas variables. Hay muchas fuentes arqueológicas que indican la invasión de Teotihuacán a la región maya para poder extender el comercio de obsidiana, la piedra volcánica de calidad vítrea utilizada para cuchillos, ornamentos y herramientas que fue un recurso esencial en la consolidación del imperio teotihuacano hacia el sur de Mesoamérica.
(7) Fuente: Biblioteca de la Universidad de Utah.

La importancia del comercio en los mexicas.
Entonces, si el comercio es un importante elemento en la extensión e interacción de imperios, ¿hasta dónde llegó la influencia azteca? ¿Qué recursos eran importantes para el comercio de esta civilización? El azteca era un imperio conformado por un sistema de centro periferia, de aliados y pueblos sometidos alrededor de un centro, es decir, de las tres grandes ciudades de la Triple Alianza, que ofrecían ayuda militar o pagaban tributo. Hacia la capital del imperio, Tenochtitlan, llegaban productos desde todas las esquinas del reino que después eran comercializadas. La fuentes principales sobre el comercio tributario, La Matrícula de Tributos y el Códex Mendoza nos indican que la riqueza del imperio era enorme: piedras preciosas, oro, jade, plumas finas, turquesa, máscaras, cañas para fumar, tintes; productos agrícolas como maíz, frijol, chía, huahtli, cacao, chiles; miel de abeja, sal, varias armas de guerra, materiales de construcción, papel de amate, mantas de algodón y vestimentas de varios tipos como trajes ceremoniales o pieles de animales. A través de este tributo, las tres grandes ciudades del imperio aumentaron su riqueza, mantuvieron sus suntuosos palacios, subyugaron militarmente a los pueblos periféricos, acrecentaron el dominio que de ellos tenían y contribuyeron a conquistas y alianzas futuras. En la siguiente entrega hablaremos un poco más en específico de las provincias tributarias, del sistema de pesos y medidas utilizado por los mexicas y de los productos en específico que cada una de ellas debía tributar.
:
La economía mexica.
Al principio las bases de subsistencia de los mexicas fueron poco prometedoras; la isla era bastante reducida y el agua circundante semi-salobre. Solamente contaban con la recolección y pesca de plantas, peces, ajolotes, acociles o camaroncitos, además de la caza de aves acuáticas. La carencia de materiales de construcción (madera y piedra) y de vestimenta los obligó a establecer redes de intercambio con los pueblos de la cuenca.



Tres pilares de la economía mexica.
Paulatinamente lograron introducir productos laguneros en los mercados de la cuenca y aumentaron la tierra cultivable por medio de la técnica chinampera. La caída de Azcapotzalco en 1428 significó una oportunidad de crecimiento y a partir de entonces la economía mexica logró construir todo un imperio con base en tres pilares: la agricultura, el comercio y la recaudación de tributo.
La principal actividad económica era la agricultura. Los macehuales utilizaban diferentes técnicas de cultivo como las chinampas y las terrazas; las herramientas agrícolas que utilizaban era la coa y el bastón plantador. La producción básica consistía en el cultivo de maíz, frijol, calabaza, amaranto, tomates, cacao y chile entre otros. Se ha calculado que las técnicas de roza y quema en las tierras requerían 1200 hectáreas de tierra para poder alimentar a cientos de familias, mientras que el mismo número se podía alimentar sólo con 86 hectáreas de chinampas. Aunque su extensión no era lo suficientemente grande como para alimentar la población creciente de Tenochtitlán, y era necesario importar algunos de los alimentos, las chinampas proporcionaban los pilares agrícolas para los habitantes de la ciudad.
Tres fueron los tipos de propiedad que predominaban en la sociedad mexica, observa que hay tres tipos de propiedad de la tierra: privada, pública y comunal que también es pública pero sus características son distintas:
• Propiedad de la clase dirigente.
• Trabajado por los mayeques, los campesinos sin tierra.
• Propiedad de la sociedad para el sostén de las instituciones políticas, económicas y religiosas.
• Trabajado por los macehuales como tributo.
• Propiedad de los calpulli.
• Trabajado por los macehuales para el autosostén.
El segundo pilar de la economía mexica era el comercio. Practicaban el comercio a corta distancia en el Valle con los pueblos circundantes, intercambiando bienes a granel y productos de consumo básico. Los pochteca eran los comerciantes que controlaban el comercio a larga distancia intercambiando bienes de lujo. Ellos contaban con tlamemes (cargadores) y guerreros que recorrían los caminos a lo largo y ancho de Mesoamérica. Importantes mercados interregionales fueron los de Tlaxcala, Cholula, Texcoco y Acolman en el centro de México y otros fueron dos significativos fueron los de Xicalanga, en el Golfo de México en donde se adquirían productos provenientes de Yucatán, Honduras y las Islas del Caribe. El otro se encontraba en el Sosonusco de donde se importaba el cacao, plumas de quetzal, jade y otros metales preciosos.

Los Pochtecas con mercancías.
Las operaciones de intercambio no sólo se realizaban mediante el sistema de trueque, sino también por rigurosa compra-venta de mercancías cuyo precio se fijaba en moneda. Existían cinco tipos de moneda o medios de intercambio: 1. semillas de cacao, 2. pequeñas mantas de algodón, 3. canutos de pluma de ave rellenos de polvo de oro, 4. piezas de cobre en forma de T y 5 piezas de estaño como se observa en la imagen.
El tercer pilar de la economía mexica era el sistema tributario. Los tributos o impuestos eran pagados por los macehuales (principalmente trabajo) y las ciudades conquistadas (entrega de productos). Aunque no existía un sistema uniforme, las ciudades que se encontraban más próximas a Tenochtitlán solían pagar sus tributos en especie, mientras que las poblaciones más alejadas solían hacerlo con productos textiles. También se suponía que deben de abastecer de provisiones a los ejércitos mexicas y, en el caso de las grandes campañas, proporcionar guerreros armados para complementar a los de la Triple Alianza. Las provincias tributarias enviaban además a trabajadores para obras públicas y jóvenes para el sacrificio ritual.
Las ciudades mexicas eran grandes consumidores de tributos de maíz. Se calcula que se recibieron en la época de Moctecuma II, cerca de siete mil toneladas anuales. Este maíz se distribuía primero entre los pipiltin, los funcionarios estatales y en los mercados como el del Tlatelolco.
(8)Fuente.-  (Molins Fábrega, N. (1954-55) El Códice mendocino y la economía de Tenochtitlan. En Revista Mexicana de Estudios Antropológicos. México. 302-322.)

El tributo y el comercio.
Otro mecanismo que mantuvo a la sociedad mexica fue el comercio a larga distancia, que estuvo controlado por un segmento de la nobleza, pochtecas. Como tal, tuvo sus propias reglas, y sus divinidades particulares, convirtiéndose en un grupo de presión de enorme peso en la estructura del Imperio, ya que no sólo intervenía en transacciones comerciales, sino que eran agentes al servicio del estado mexica y, con frecuencia, verdadera fuerza de choque que intervino en la ampliación de las fronteras del Imperio. Los productos conseguidos en estas expediciones a larga distancia y traídos a Tenochtitlan por medio de caravanas de tlameme -cargadores- eran de naturaleza exótica o estratégica, por lo general de poco peso y mucho valor, y muchos de ellos terminaron en el gran mercado de esta ciudad. A este mercado también llegaban alimentos especializados y otros productos de la propia cuenca y zonas limítrofes, donde se creó una esfera de interacción económica formada por regiones que de manera tradicional eran económicamente interdependientes. Este mercado se rigió por normas religiosas según un sistema solar, como el que se puede comprobar hoy día en zonas de Mesoamérica: cada 20 días en los lugares más pequeños, cada 5 días en sitios secundarios y cada día en Tenochtitlan. Muchos de ellos estaban especializados en productos regionales, y en otros se concentraban mercancías de las regiones más periféricas del imperio. El sistema tributario fue otro pilar económico de importancia, que se basó en unidades de parentesco y en grupos políticos y sociales. Alimentos, combustible, instrumentos manufacturados, materias primas, textiles, bienes de lujo, esclavos y un sifín de artículos fueron demandados por los nobles y señores mexicas a los pueblos conquistados y a sus propios vasallos mediante la producción de las tierras de los calpulli. El tributo sirvió, pues, tanto para el mantenimiento del Imperio y de la nobleza, como para el de su fuerza coercitiva, el ritual y para entablar grandes obras sociales y de acondicionamiento de la ciudad.
(9) Fuente: Artehistoria.com

Resumen.
Conocer cómo se desarrolló la Hacienda Pública en nuestro país es darnos cuenta de otro ámbito importante de la historia de México, al reconocer la importancia de las actividades económicas en el desarrollo de los estados y sus habitantes.
Los tributos que se pagaban en México prehispánico eran de dos tipos: los que pagaban los pueblos sometidos y los que debían pagar los habitantes mexicanos o mexicas.
Al consolidarse México Tenochtitlán surge el periodo de expansión y dominio militar de los aztecas. A los pueblos que sometían, les imponían cargas tributarias en productos que debían entregar; mantas de algodón, plumas de aves, telas de varias fibras, cigarros, bolas de caucho para el juego de pelota y también metales preciosos, águilas, serpientes e incluso mancebos a los cuales se les arrancaba el corazón para ofrecerlo a sus dioses.
Durante este periodo, los tributos cobrados a los pueblos sometidos no eran utilizados para beneficio de las comunidades que los aportaban; en realidad se destinaban para las necesidades de los gobernantes y del pueblo dominante.
La sociedad azteca se encontraba profundamente estratificada: cada clase social tenía reglamentado el uso de las diversas calidades, colores y decorados de las prendas de su indumentaria. Sin embargo, “ser mexica” obligaba al soberano a una redistribución de los bienes en beneficio de los habitantes del Imperio, lo que se traducía en una importante obra pública que facilitaba el tránsito, el comercio y las artes.
El cobro de tributos era tan importante para los aztecas que se organizaron para facilitar su recaudación y nombraron a los “calpixquis” primeros recaudadores. Esos personajes eran identificados por el pueblo porque llevaban una vara en una mano y un abanico en la otra. La recaudación requería que estos funcionarios realizaran un registro pormenorizado de los pueblos y ciudades tributarios, así como de la numeración y valuación de las riquezas recibidas.
Los registros de tributos se llamaban “tequiámatl” o matrícula de tributos; fueron un género de códices relacionados con la administración pública del Imperio Mexica.
Había varios tipos de tributos que se daban según la ocasión: de guerra y religiosos, entre otros. Los tributos a que estaban obligados los pueblos sometidos a los aztecas eran de dos tipos: en especie o mercancías que variaban según la provincia, población, riqueza o industria; o en servicios especiales que estaban obligados a prestar los habitantes de los pueblos sometidos.
(10)Fuente.- Historia de las contribuciones de México SAT- SHCP.
Carlos Sandy. 

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